La biodiversidad juega un papel crucial en los sistemas agropecuarios, por lo que la transformación agrícola puede tener impactos significativos en ella.
Aquí hay algunos puntos clave sobre cómo la agricultura afecta la biodiversidad:
- Pérdida de hábitat: La expansión de tierras agrícolas a menudo implica la destrucción de hábitats naturales, lo que puede llevar a la disminución de especies locales1.
- Monocultivos: La práctica de cultivar una sola especie en grandes áreas reduce la diversidad genética y puede hacer que los cultivos sean más vulnerables a plagas y enfermedades.
- Uso de pesticidas y fertilizantes: Estos productos químicos pueden contaminar el suelo y el agua, afectando a las especies no objetivo y reduciendo la biodiversidad del suelo.
- Fragmentación del paisaje: La agricultura intensiva puede fragmentar los hábitats naturales, dificultando el movimiento y la supervivencia de las especies.
Tambien encontramos, prácticas agrícolas que pueden ayudar a preservar la biodiversidad:
- Policultivos: Cultivar múltiples especies juntas puede mejorar la salud del suelo y reducir la necesidad de pesticidas.
- Mantenimiento de áreas naturales: Conservar franjas de vegetación natural a lo largo de los campos y cercas puede proporcionar refugio y corredores para la vida silvestre.
- Rotación de cultivos: Alternar diferentes cultivos en el mismo campo puede mejorar la fertilidad del suelo y reducir la incidencia de plagas.
Promover la biodiversidad en la agricultura no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también puede aumentar la resiliencia de los sistemas agropecuarios frente al cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria.